sábado, 3 de marzo de 2012

"El hombre es un lobo para el hombre"

Ya lo dijera Thomas Hobbes allá por el s XVII o puede que en el anterior, no lo sé, pero me decanto mas por el que he plasmado en la entrada. Pues si amigotes, con estas os vengo, ya lo dijo el amigo Tomy y vaya usted a saber que diablos quería decir el menda, porque las interpretaciones, aunque no infinitas, si son variadas. Y a una de las posibles he llegado yo, entiendendo que el hombre es un lobo para consigo mismo, y no para los otros hombre (que también). Y es que, que nos gusta autojodernos la vida, bueno a algunos más que a otros, yo me incluiría entre los últimos, pero no nos engañemos, también me dan las venas emodepresivas.
Y ahora, a lo mejor os preguntais (solo a lo mejor): ¿y este loco, a raíz de que piensa todo esto? Pues por reflexiones sobre experiencias pasadas observadas en el comportamiento de la gente. Me explico: hay personas que inician una relación, sí, sentimental, con otra (podria haber sido con un perro, una tortuga o que se yo), y ahí está, la parejita feliz se pega x meses, incluso x años en vivencias juntos, desde el timido o apasionado primer beso (depende de cada quien), pasando por paseos cogidos de la mano, la aparición de motes o sobrenombres cariñosos (vease "gordi", "cari", "caramelito" (hay gente que se llama asi entre ellos),  "churrita", "chochete" o simplemente, "gord@"), experiencias de indole sexual, escapadas romanticonas a alguna playa cercana y posteriormente a un pais o region mas lejana. Para acabar en una monotonía (que yo llamo vida) que se rompe aleatoriamente con algunos sucesos marcados.
Pues bien, en estos x meses o años, se ha forjado una relación de cariño y amor, de convivencia y se han ganado bonitas experiencias, que a la mayoría de personas les gusta conservar y guardar en un rincón especial de su memoria o corazón. Llega un día (fatidico o aliviante, depende) en el que esta relación se rompe: hay diferencias, ya no hay amor... los porqués son infinitos, lo importante es que se rompe y ahora cada uno por su lado. Yo veo o entiendo que podemos afrontar esto de dos formas:

1. La "optimista": Pese a la pena que nos da el fín de una etapa tan bonita y feliz de nuestra vida, asumimos el innegable hecho, agradecemos a la otra persona esos x meses o años que nos ha regalado y le deseamos que encuentre pronto alguien o algo o nada para que siga siendo feliz, nosotros haremos lo propio, saldremos del bache como buenamente podamos, tardaremos mas o menos, pero saldremos, es lo que toca. Es más esta relación tan íntima que hemos mantenido nos ha hecho ganar (si la otra persona quiere y es capaz) un valioso amigo que nos querrá ayudar y aconsejar, invitarnos a un refrigerio y si suena la flauta a un episodio esporadico de sexo. Yo me meto aqui, me mola esta via.

2. La "rencorosa": Llevo un rato escribiendo y tengo pocas ganas ya, asi que resumo:  Tras la ruptura se desea borrar de la memoria a la otra persona, un odio que a saber de donde carajos sale se apodera de nosotros con un único destinatario: la persona que hasta hace dos días era lo que más nos importaba en el bastísimo Universo. Esto es ganas de sufrir, sufres porque te obligas a odiar algo que entrañas, que quieres y que ha sido parte de tí el tiempo que sea. Lo dicho: no hay peor enemigo que uno mismo.

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